En la actualidad, las políticas y normativas sobre la gestión de residuos en la industria se vuelven cada vez más estrictas y específicas. Esto se debe a la creciente conciencia ambiental y los desafíos y oportunidades que esta representa, motivos suficientes para que las empresas se mantengan actualizadas en lo que respecta a las regulaciones existentes y las cumplan de manera adecuada. De esta forma se evitan las sanciones y se protegen los negocios, contribuyendo también a mantener la reputación e imagen de la operación.
Una forma de lograrlo es estableciendo una gestión de residuos eficiente y responsable, para lo cual es necesario que las empresas estén en conocimiento de las reglamentaciones vigentes a la hora de emprender este camino. Entre las prioritarias, deben tomarse en cuenta:
– Normativas locales y regionales: varían de acuerdo con cada país o región y abordan distintos aspectos que van desde la clasificación de los residuos, hasta formas de almacenamiento, transporte o eliminación. A esto es habitual que se sume la obligatoriedad en la presentación de informes de cumplimiento.
– Normativa sobre los residuos peligrosos: en estos casos, suele solicitarse información extra para su tratamiento como por ejemplo un etiquetado especial que indique la procedencia o especificaciones para su tratamiento y disposición. Esto se debe a que este tipo de residuos, suelen representar un riesgo para la salud y el desarrollo de las comunidades en las que son generados.
– Normativa sobre emisiones: adicionalmente a lo mencionado, existen circunstancias en las cuales las empresas están obligadas a implementar acciones que demuestren prácticas amigables con el ambiente, como puede ser demostrar la compensación de emisiones de gases de efecto invernadero; los vertidos de agua; la contaminación sonora u otras conductas vinculadas de manera indirectas a la gestión de residuos.
Además, es fundamental que las compañías promuevan la reducción, reutilización y reciclaje de residuos en todas sus operaciones, con el fin de minimizar su impacto ambiental negativo y contribuir al desarrollo sostenible. Para esto, pueden implementar medidas concretas, entre las que podemos incluir:
– Implementación de sistemas de gestión ambiental: permite internamente, establecer políticas y procedimientos claros que garanticen el cumplimiento de la normativa y la promoción de buenas prácticas sociales y ambientales de manera transversal dentro de una organización.
– Innovación tecnológica: este punto es fundamental a la hora de gestionar de manera eficiente los residuos, ya que repercute de manera directa en la disminución de los costos de las operaciones, contribuyendo además a mitigar la emisión de gases de efecto invernadero. A esto se le suma, la posibilidad de dar seguimiento pormenorizado a las acciones emprendidas de modo tal de obtener datos concretos para seguimiento y mejora continua.
– Trabajo colaborativo: resulta clave el trabajo con proveedores y otros socios comerciales como forma de promover prácticas sostenibles en toda la cadena de valor.
En resumen, es crucial que las empresas comprendan y cumplan con las normativas sobre gestión de residuos en la industria para proteger el medio ambiente, evitar sanciones y asegurar la sustentabilidad en el crecimiento del negocio y desarrollo a largo plazo. Además, adoptar estos hábitos no solo ayuda a cumplimentar marcos legales, sino también genera beneficios económicos y mejora la reputación e imagen de nuestra empresa ante nuestros proveedores, potenciales clientes y la comunidad en general.